Las expresiones orales y gráficas de los wajapi Véase mas sobre el elemento
© Dominique Tilkin Gallois

La experiencia de Brasil en materia de confección de inventarios se remonta al decenio de 1930, con la fundación del Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (IPHAN) y la aplicación del acto administrativo denominado tombamento, destinado a garantizar la protección jurídica del patrimonio cultural, tanto mueble como inmueble. Basado en la noción occidental de autenticidad, el tombamento preveía la preservación de los bienes en su forma original – en la medida de lo posible – y prestaba más atención a los objetos que a los procesos sociales relacionados con ellos. En el decenio de 1970, cuando el concepto de patrimonio cultural se hizo extensivo a los bienes explícitamente inmateriales, resultó obvio que los bienes culturales vivos tenían que salvaguardarse con medios especialmente adaptados, y esto condujo finalmente a la creación por decreto del Registro de Bienes Culturales Inmateriales en el año 2000.

Ese registro permite documentar y dar conocer públicamente los elementos del patrimonio cultural inmaterial, teniendo en cuenta los derechos colectivos e individuales inherentes al mismo. Habida cuenta de la naturaleza dinámica del patrimonio cultural inmaterial, el Registro debe revisarse periódicamente, por lo menos una vez cada diez años. Los bienes registrados son declarados “Patrimonio Cultural Brasileño”, lo que permite su promoción y la obtención de una ayuda para financiar los planes destinados a su salvaguardia. Junto con el Registro de Bienes Culturales Inmateriales se creó un Programa Nacional del Patrimonio Inmaterial destinado a preservar la diversidad étnica y cultural del país, que comprendía la constitución de un Inventario Nacional de Referencias Culturales. Para constituirlo, el IPHAN preparó un método de confección de inventarios con vistas a identificar los bienes culturales, tanto materiales como inmateriales. Los bienes culturales inmateriales se dividen en cuatro categorías: “celebraciones”, “formas de expresión”, “artesanía o conocimientos tradicionales” y “lugares o espacios físicos”. La delimitación espacial de las actividades de confección de inventarios puede corresponder a una aldea, un distrito, una zona, un sector urbano, una región geográfica culturalmente diferenciada o un conjunto de territorios.

El método de confección de inventarios consta de tres etapas: 1) recolección preliminar; 2) identificación y documentación; y 3) interpretación. Los inventarios realizados por el IPHAN ponen de relieve las referencias culturales de los pueblos indígenas, los ciudadanos y grupos afrobrasileños que habitan en núcleos urbanos protegidos y las personas que viven en contextos urbanos multiculturales. Se presta especial atención a los bienes culturales en peligro.

Según el IPHAN, un objetivo importante de los inventarios del patrimonio cultural inmaterial es mantener la diversidad cultural del país frente a las tendencias homogeneizadoras, así como contribuir a la integración social y la mejora de las condiciones de vida de los depositarios de la tradición mediante la aplicación de mecanismos de salvaguardia. Desde el año 2000 el IPHAN ha finalizado 48 inventarios de referencias culturales en todo el Brasil y actualmente está realizando otros 47. Desde 2002 se han registrado 16 bienes culturales y se están aplicando 11 planes de acción para garantizar su transmisión y continuidad.

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