La fiesta de las Fallas de Valencia
Inscrito en 2016 (11.COM) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
Celebrada para saludar la llegada de la primavera por comunidades de la ciudad y región de Valencia y por la diáspora valenciana emigrada al extranjero, esta fiesta tradicional se caracteriza por la construcción e instalación de enormes grupos escultóricos (fallas) compuestos por efigies caricaturescas (ninots), que los artistas y artesanos locales crean inspirándose en sucesos de la actualidad política y social. Para simbolizar la purificación y renovación primaverales de la actividad social de las comunidades, las fallas se erigen en las plazas de la ciudad entre el 14 y el 19 de marzo y se les prende fuego este último día, que marca el fin de los festejos. Mientras dura la fiesta desfilan por las calles bandas de música, el público come al aire libre y se tiran numerosos castillos de fuegos artificiales. Se elige a una reina de la fiesta, la “Fallera Mayor”, que asume la tarea de promover la festividad durante un año, alentando a la población local y a los visitantes a contribuir a la preparación de los festejos y participar en ellos. Las prácticas y los conocimientos vinculados a este elemento del patrimonio cultural se transmiten en las familias, y en particular dentro de las dinastías de artistas y artesanos fabricantes de ninots que se agrupan en gremios constituidos en el seno de las comunidades ciudadanas participantes. Las Fallas de Valencia propician la creatividad colectiva y la salvaguardia de las artes y artesanías tradicionales. También constituyen un motivo de orgullo para las comunidades y contribuyen a forjar su identidad cultural y su cohesión social. En el pasado, esta fiesta permitió también que se preservara la lengua valenciana cuando se prohibió su uso.