La Campaña de Alimentos MANO VUELTA para adultos mayores del Caribe Sur es una iniciativa complementaria a otros esfuerzos de bancos de alimentos que desarrollan las asociaciones de desarrollo, casas culturales y cámaras de turismo en Cahuita y en Puerto Viejo.
Se trata de hacer llegar comida a los más necesitados que por haber perdido sus trabajos, necesitan alimentarse para sobrellevar la crisis sin poner en mayor riesgo su salud y la de la comunidad mientras se controla el COVID19.
Mano Vuelta de Embajador@as Del Mar y activistas locales de ATEC y otras iniciativas, es una campaña de cobertura en el Caribe Sur costero desde Cahuita hasta Manzanillo, principalmente para adultos mayores que han perdido sus fuentes de empleo o que ya no pueden ser apoyados por sus hijos que han perdidos sus empleos en esa crisis.
No solo pretende apoyar en lo inmediato, sino hacerlo poco a poco a pequeña escala satisfaciendo una necesidad alimenticia inmediata, pero en una estrategia que le permita a las familias reactivar mecanismos de subsistencia que los jóvenes aprendieron de sus abuelos y abuelas antes que el turismo se convirtiera en la principal fuente de subsistencia en el Caribe Sur.
“Aunque persiste el mito de que en el Caribe Sur todo el mundo vive del turismo, esta campaña va a probar que históricamente la gente ha sorteado situaciones difíciles porque hace muchas cosas para vivir en una economía familiar” dice el fundamento de la iniciativa.
El primer ejemplo surgido de la primera entrega de alimentos de la campaña expresa la estrategia sustentable de subsistencia en emergencia.
Doña María (nombre ficticio) es una adulta mayor de 96 años que residen en las afueras de Cahuita desde que nació. Crió a sus tres hijos haciendo los mejores tamales de la zona, según muchos residentes. Sus hijos e hijas aprendieron desde pequeños a confeccionar un alimentos que es patrimonio vivo de la zona. Pero, dadas las oportunidades que tuvieron gracias los tamales de su madre, las posibilidades del sistema público de enseñanza y el advenimiento del turismo a la zona, tomaron el camino de los servicios al turismo.
Ahora que han perdido sus trabajo, doña María y su familia de hijos y nietos ahora se ha encontrado en la misma situación crítica que muchos adultos mayores en la zona.
Cuando el día 4 de abril las activistas que colaboran con Embajador@s del Mar le llevaron la primera bolsa de alimentos, toda la familia respiró profundo al saber que tendrán comida en sus mesas por dos meses, gracias a otra familia que ha donado los C 25,000 semanales para cada entrega.
La familia donante vive en San José y pertenece a un organismo internacional de la ONU. Ha hecho su depósito directamente a la cuenta del almacén local de alimentos en Cahuita, quién semanalmente hace llegar los alimentos a doña María.
Embajador@s del Mar, en complemento con los Bancos de Alimento, personal de ATEC y manos amigas en casa comunidad, monitorean y crean el engranaje para que “la distribución de alimentos fluya casi solo sin que toquemos plata ni alimentos, sino solo corazones, conciencias y el enorme caudal de cultura viva del Caribe Sur que le ha permitido sortear crisis anteriormente y ésta no pude ganarnos la moral”, dice el comunicado de la iniciativa.
El resultado más palpable es que volvieron a soñar, contándonos sobre sus vidas.
¿Y si conseguimos un apoyo adicional para que vuelvan a hacer sus tamales y venderlos a la comunidad?
Y así apelamos a conseguir otro apoyo para que la familia desarrolle subsistencia a partir de los tradicionales tamales.
Las designaciones utilizadas y la presentación de los textos y documentos presentados en esta plataforma no suponen ninguna toma de posición por parte de la UNESCO acerca de la condición jurídica de los países, territorios, ciudades o zonas ni respecto al trazado de sus fronteras o límites.