El proceso creativo de transmisión intergeneracional es un elemento central de la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial (PCI). A través de este proceso, de carácter dinámico e interactivo, el PCI se recrea constante. El proceso de transmisión intergeneracional consiste en un tipo de enseñanza no formal que tiene lugar dentro de las comunidades. Por eso mismo, puede proporcionar contenido y técnicas pedagógicas específicas para los programas educativos y, por consiguiente, ayudar a mejorar la pertinencia de la educación y los resultados de aprendizaje.
Las modalidades y los métodos de transmisión reconocidos por las comunidades pueden fortalecerse a través de los programas educativos. En este sentido, las instituciones educativas pueden fomentar el respeto por el PCI y ofrecer nuevos espacios para garantizar su transmisión a las futuras generaciones.
Habida cuenta de la valiosa función que puede desempeñar la educación en la salvaguardia del PCI, la Convención reconoce la transmisión del PCI “a través de la enseñanza formal y no formal” (artículo 2.3) como una medida fundamental de salvaguardia.
La Convención insta a los Estados Partes a “asegurar el reconocimiento, el respeto y la valorización del el PCI” a través de programas educativos. Entre estos se incluyen los programas que se imparten en entornos educativos formales como las instituciones de enseñanza primaria, secundaria y postsecundaria y las oportunidades de educación no formal como los cursos de corta duración, el aprendizaje comunitario y las actividades de capacitación. El fortalecimiento de la transmisión del PCI a través de los programas educativos constituye un enfoque de salvaguardia social y amplio que puede comportar una gran cantidad de beneficios mutuos.
Desde 2017, la Entidad del Patrimonio Vivo de la UNESCO colabora con el Sector de Educación, las oficinas sobre el terreno y los institutos de educación de la UNESCO con el fin de implementar proyectos, actividades y otras iniciativas dando prioridad a la salvaguardia del PCI en la educación formal y no formal.
Nuevos enfoques y beneficios mutuos
Los programas educativos pueden diseñarse para enseñar a los alumnos “sobre” el PCI o “a través de” él.
Cuando se enseña sobre el patrimonio vivo, el foco se centra en el PCI como objeto de estudio. El PCI, por lo tanto, constituye el contenido de la asignatura, durante la cual los alumnos aprenden a reflexionar sobre su patrimonio vivo y el de los demás y a respetarlos.
Alternativamente, los programas educativos pueden impartirse a través del PCI para lograr otros resultados de aprendizaje. En este caso, el foco se centra en las oportunidades de aprendizaje que ofrece la integración del patrimonio vivo en el proceso de enseñanza y aprendizaje de las asignaturas incluidas en el plan de estudios, como las matemáticas, las ciencias de la salud, la música y la historia. El contenido de aprendizaje puede resultar más pertinente y significativo para los alumnos porque encaja con su visión del mundo, sus sistemas de conocimiento y su imaginación. Así pues, el PCI ofrece una gran variedad de contenidos y métodos de aprendizaje que los docentes pueden aprovechar.
Si bien por lo general todos los enfoques pueden fortalecer la transmisión del PCI, en algunos casos el foco se centra explícitamente en la transmisión.
El nuevo contexto de aprendizaje, caracterizado por una mayor interdependencia e interconexión en medio de una creciente tensión social e incertidumbre económica, obliga a revalorar las diversas visiones del mundo. La integración de diferentes sistemas de conocimiento en la educación puede ayudar a conservar e incrementar la dignidad, la creatividad y el bienestar de las personas en todo el mundo en relación con la sociedad y el medio ambiente. De este modo, la incorporación del PCI a la educación puede contribuir a cumplir los objetivos humanitarios para una educación de calidad en el siglo XXI (consulte la publicación de la UNESCO de 2015 Replantear la educación: ¿Hacia un bien común mundial?). Entre estos objetivos se incluyen el respeto por la vida y la dignidad humana, la igualdad de derechos y la justicia social, la diversidad cultural y social, y un sentido de solidaridad humana y responsabilidad compartida por nuestro futuro en común. La incorporación del PCI a las actividades de aprendizaje ayuda a los docentes a incrementar la pertinencia del contenido y el posible vínculo emocional de los alumnos con el material didáctico. Asimismo, cuando el PCI se incorpora al espacio de aprendizaje, su valoración permite fortalecer la autoestima y el orgullo de los alumnos, así como el sentido de pertenencia a su comunidad local, resaltando a la vez el valor de la diversidad cultural. Estos efectos de la incorporación del PCI permiten a los educadores llegar a alumnos de poblaciones vulnerables o marginadas y ayudar a los jóvenes a fortalecer su resiliencia social ante las adversidades y a tender puentes de diálogo para crear sociedades más justas, inclusivas, diversas y pacíficas.
Además de cumplir los objetivos educativos humanitarios, la integración del PCI en la educación puede comportar beneficios fuera del aula al fortalecer las relaciones entre escuelas y comunidades locales. El PCI se basa en la comunidad; las comunidades —y no los expertos externos— deciden si una expresión forma parte de su patrimonio vivo, puesto que son ellas las responsables de su creación, mantenimiento y transmisión. La voluntad y el compromiso de la comunidad de dar continuidad a su patrimonio vivo son fundamentales para la salvaguardia. De hecho, la Convención fomenta la participación activa de las comunidades en las medidas de salvaguardia.
La incorporación del PCI a los espacios de aprendizaje ofrece nuevas oportunidades para fomentar la participación de miembros comunitarios, en especial depositarios del PCI, en contextos educativos formales y no formales, poniendo en valor los conocimientos y habilidades locales y aumentando la visibilidad del PCI basado en la comunidad. Esta puesta en valor puede producir múltiples efectos, como despertar el orgullo de los estudiantes y miembros comunitarios y, a la vez, reincorporar a estos últimos al sistema educativo en las mismas condiciones de confianza y respeto cultural.
Para docentes, mentores y alumnos… | Para los profesionales del patrimonio y los depositarios de la cultura… | Para los formuladores de políticas y los interlocutores políticos… |
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La incorporación del PCI a las actividades de aprendizaje incrementa la pertinencia individual y la posible implicación emocional de los alumnos, refuerza su orgullo y sentido de pertenencia, fomenta objetivos educativos humanísticos como valorar la diversidad cultural y fortalecer la resiliencia ante las adversidades, y también mejora los vínculos entre las escuelas y sus comunidades locales. | Al reconocerse que la transmisión intergeneracional del PCI es una forma de educación no formal, resulta fundamental colaborar con los profesionales del sector de la educación, ya que los educadores se encuentran en una posición idónea para desempeñar un papel significativo en relación con la salvaguardia del PCI. El desarrollo de iniciativas innovadoras y buenas prácticas puede facilitar la transmisión y mejorar las medidas de salvaguardia y la calidad de la educación. | La integración del PCI en las políticas de educación nacional, los planes de estudio o la formación de docentes puede ayudar a un país a cumplir el mandato de la Convención para la Salvaguardia del PCI y contribuir al logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 de la Agenda de 2030 de las Naciones Unidas: “Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”. |
Cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 sobre una educación inclusiva y equitativa de calidad
Al contribuir a la salvaguardia consagrada en la Convención, mejorar los resultados educativos en el nivel local y fortalecer los vínculos entre el sistema educativo y las comunidades, la integración del PCI en la educación formal y no formal puede ayudar a los Estados a lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 de la Agenda de 2030 de las Naciones Unidas: “Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”.
Concretamente, la integración del PCI en la educación puede ayudar a los Estados a cumplir las siguientes metas:
- 4.2. De aquí a 2030, asegurar que todas las niñas y todos los niños tengan acceso a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y educación preescolar de calidad, a fin de que estén preparados para la enseñanza primaria. El PCI puede integrarse en todos los niveles educativos, incluida la educación infantil, proporcionando contenido pertinente para cada contexto y aplicando técnicas pedagógicas adecuadas incluso para alumnos de edades muy tempranas.
- 4.3. De aquí a 2030, asegurar el acceso igualitario de todos los hombres y las mujeres a una formación técnica, profesional y superior de calidad, incluida la enseñanza universitaria. El PCI, en particular en los ámbitos del conocimiento sobre la naturaleza y el universo, las artes escénicas y la artesanía tradicional, es idóneo para su integración en los programas de enseñanza y formación técnica y profesional, por cuanto puede apoyar los medios de vida de artesanos y artistas y mejorar su bienestar.
- 4.4. De aquí a 2030, aumentar considerablemente el número de jóvenes y adultos que tienen las competencias necesarias, en particular técnicas y profesionales, para acceder al empleo, el trabajo decente y el emprendimiento. La integración del PCI en los programas de enseñanza y formación técnica y profesional y los espacios de aprendizaje no formal como la formación en el trabajo, las pasantías y el aprendizaje profesional permite desarrollar competencias pertinentes, mejora el empleo y las oportunidades de emprendimiento y aumenta la visibilidad de las vocaciones relacionadas con el PCI entre el conjunto de la comunidad en y los consumidores.
- 4.5. De aquí a 2030, eliminar las disparidades de género en la educación y asegurar el acceso igualitario a todos los niveles de la enseñanza y la formación profesional para las personas vulnerables, incluidas las personas con discapacidad, los pueblos indígenas y los niños en situaciones de vulnerabilidad. La integración del PCI en la educación puede aumentar la pertinencia individual de lo que se enseña, lo que lleva a los alumnos a implicarse emocionalmente con la asignatura, reforzar los sentimientos de orgullo y autoestima, y fortalecer el sentido de pertenencia a su comunidad. Estos efectos son especialmente importantes para los alumnos pertenecientes a grupos marginados y comunidades indígenas y en situación de vulnerabilidad. Además, las escuelas que integran el PCI en sus planes de estudio pueden fortalecer los vínculos con estas comunidades y reducir su marginación de la sociedad.
- 4.7. De aquí a 2030, asegurar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre otras cosas mediante la educación para el desarrollo sostenible y los estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad de género, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y la contribución de la cultura al desarrollo sostenible. Algunos proyectos de la UNESCO como los de promoción del PCI para que los docentes refuercen la educación para el desarrollo sostenible en la región de Asia y el Pacífico y los relativos a los sistemas de conocimiento locales e indígenas (LINKS, por sus siglas en inglés) han demostrado que los elementos del PCI pueden funcionar como puntos de entrada en los planes de estudio existentes para enseñar valores y competencias relacionados con el desarrollo sostenible de tal manera que se destaque la contribución de cada cultura y se promocione la diversidad cultural.