La sericultura y la artesanía chinas de la seda
Inscrito en 2009 (4.COM) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
La sericultura y la artesanía de la seda practicadas en las provincias de Zhejiang y Jiangsu, cerca de Shanghai, y en la provincia de Sichuan, en Chengdu, tienen una larga historia. La fabricación de la seda, tarea asumida tradicionalmente por las mujeres en la economía de las regiones rurales, comprende el cultivo de moreras, la cría de gusanos de seda, el devanado e hilado de la seda, el diseño de las telas y su confección. Las técnicas de la sericultura, transmitidas de padres a hijos y de maestros a aprendices, se han propagado también a menudo en el seno de grupos locales. El ciclo vital del gusano de seda se consideraba una representación de la vida, muerte y renacimiento del ser humano. En los estanques diseminados por las aldeas las deyecciones de los gusanos de seda se usan para alimentar a los peces, mientras que el limo sirve de abono para las moreras y las hojas de éstas sirven a su vez para alimentar a los gusanos. Cuando se acerca el comienzo del año lunar, los criadores de gusanos invitan a los artesanos a sus hogares para revivir la leyenda de la Diosa de los Gusanos de Seda, conjurar los males e impetrar una cosecha pletórica de capullos de seda. Todos los años, en abril, durante el Festival de la “Flor del Gusano de Seda”, las sericultoras se adornan con flores multicolores de seda y papel y hacen ofrendas para impetrar una buena cosecha. La seda está presente también de una forma más material en la vida de las poblaciones rurales de China, ya que en su vida diaria utilizan artículos confeccionados con ella: vestidos, edredones, paraguas, abanicos y flores.