La danza “moutya”
Inscrito en 2021 (16.COM) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
Fueron los esclavos africanos traídos por los colonos franceses quienes introdujeron la danza denominada “moutya” en las Seychelles a principios del siglo XVIII. En aquel tiempo, los esclavos la bailaban de noche en los bosques, lejos de las plantaciones en la que vivían sus amos, para aliviarse psicológicamente de las pesadumbres de la privación de libertad y de la pobreza, manteniendo así su espíritu de resistencia contra la esclavitud y la injusticia social. Muy sensual y coreográficamente sencilla, la “moutya” se suele ejecutar torno a una fogata. El instrumento musical que la acompaña es un tambor, semejante a un pandero de caja angosta y con parche de piel de cabra, que en general sólo lo tocan los hombres. Antes de que dé comienzo el baile, los músicos preparan los parches de los tambores al amor de la lumbre y acto seguido, al ritmo de las percusiones, los hombres entablan diálogos cantados de temática social con las bailarinas a los que éstas responden con voces agudas. Hombres y mujeres rompen luego a bailar a un ritmo moderado balanceando las caderas, arrastrando los pies y acercándose entre sí pero sin llegar a tocarse. Actualmente, la “moutya” sigue siendo una expresión de identidad cultural que ha conservado su forma primigenia y continúa practicándose en las comunidades de forma espontánea, o con motivo de acontecimientos sociales y culturales. Este elemento del patrimonio cultural inmaterial se transmite de modo informal mediante la práctica, la observación y la imitación, y también por medios formales con actividades de investigación, documentación y difusión.