El ritual del Căluş

   

Inscrito en 2008 (3.COM) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (proclamado originalmente en 2005)

La danza ritual Căluş, bailada en la región de Olt, en Rumania meridional, también forma parte del patrimonio cultural de los válacos de Bulgaria y de Serbia. Aunque la primera música documentada utilizada en esta danza se remonta al siglo XVII, el ritual se deriva probablemente de los antiguos ritos de purificación y de fertilidad en los que se usaba el símbolo del caballo, que era venerado como la encarnación del sol. El nombre del ritual procede del Căluş, la parte de madera de la brida del caballo.

El Căluş consiste en una serie de juegos, parodias, cantos y danzas, y es realizado por bailarines varones (Căluşari) con acompañamiento de dos violines y un acordeón. Los hombres jóvenes eran iniciados en el ritual por un vataf (maestro), quien había recibido el conocimiento de los descântece (poderes mágicos) y los pasos de danza de sus predecesores. Los căluşari, cubiertos con sombreros coloridos, camisas bordadas y pantalones provistos de campanillas que tintinean, ejecutan danzas complejas que combinan taconeo, brincos con zapatetas, saltos y balanceo de piernas. Según la tradición, los grupos de căluşari, que se consideraban dotados de poderes curativos mágicos, iban de casa en casa, prometiendo buena salud y prosperidad a los aldeanos.

Testimonio de la diversidad cultural de Rumania, el ritual Căluş ha sido ampliamente promovido en los festivales de folklore, como el Concurso nacional de Caracal, en la región de Olt, donde se lo considera como un verdadero símbolo nacional. Los căluşari se siguen reuniendo para celebrar sus proezas coreográficas y musicales el domingo de Pentecostés.

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