La ópera de Pekín
Inscrito en 2010 (5.COM) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
La ópera de Pekín es un arte escénico que integra el canto, la recitación, la actuación teatral y las artes marciales. Aunque se representa en toda China, los centros operísticos principales son Beijing, Tianjin y Shanghai. Los cantos y recitaciones de esta ópera se interpretan principalmente en el dialecto de Beijing, y la composición de sus libretos se ajusta a reglas muy estrictas que valoran sobre todo la rima y el ritmo. Sus temas, que están centrados en la historia, la política, la sociedad y la vida cotidiana, pretenden ser instructivos y divertidos a la vez. La música cumple un papel primordial dando ritmo al espectáculo, creando una atmósfera especial, configurando los caracteres de los personajes y sirviendo de guía a la trama teatral. En la música “civil” predominan los instrumentos de cuerda y viento como el delicado jinghu, de sonoridad aguda, y la flauta dizi. En cambio, la música “marcial” se ejecuta con instrumentos de percusión como el bangu y el daluo. En las representaciones, caracterizadas por su estilo simbólico y ritual, la actuación de los actores y actrices se ajusta a una coreografía que rige los movimientos de sus ojos, torsos, manos y pies. Tradicionalmente, los decorados y accesorios escénicos se reducen al mínimo. La indumentaria de los actores es sumamente vistosa y su maquillaje facial, exagerado, recurre a símbolos, colores y motivos concisos para poner de manifiesto la personalidad e identidad social de los personajes que representan. La tradición operística de Pekín se transmite esencialmente mediante la enseñanza impartida por maestros a alumnos, gracias a la cual éstos van adquiriendo competencias básicas por conducto de métodos de instrucción oral, observación e imitación. La ópera de Pekín está considerada como una expresión del ideal estético del arte operístico en la sociedad china tradicional y sigue siendo, hoy en día, un elemento del patrimonio cultural universalmente apreciado en todo el país.