Las artes regong
Inscrito en 2009 (4.COM) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
En los monasterios y aldeas de la cuenca del río Longwu, situada en la provincia de Qinghai, al oeste de China, monjes budistas y artistas folclóricos de las etnias tibetana y tu mantienen la tradición de las artes plásticas conocidas por el nombre genérico de regong: pinturas thangka y frescos murales, patchworks barbola y esculturas. La influencia de estas expresiones artísticas se extiende a las provincias vecinas y llega hasta los países de Asia del Sudeste. El thangka, arte de pintar rollos religiosos en honor de Buda, consiste en aplicar con un cepillo especial colores naturales a tejidos con motivos trazados al carboncillo. Para la confección de los patchworks barbola, destinados a ser utilizados como velos u ornamentos de columnas, se utilizan formas de plantas y animales recortadas en seda para crear en el tejido un efecto de relieve suave. Las esculturas regong, ejecutadas en madera, arcilla, piedra o ladrillo se destinan a la ornamentación de vigas, paneles murales, mesas para servir el té y armarios de templos y casas particulares. Las técnicas de fabricación se transmiten de padres a hijos, o de aprendices a maestros, y se ajustan a las instrucciones de los antiguos libros de pintura budistas relativas al dibujo de las líneas y figuras, la armonía de los colores y el diseño de los motivos. Características de la religión budista tibetana y exponentes de particularidades regionales únicas en su género, las artes regong encarnan la historia espiritual y la cultura tradicional de la región y, todavía hoy, siguen formando parte de la vida artística de su población.