La isopolifonía popular albanesa

   

Inscrito en 2008 (3.COM) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (proclamado originalmente en 2005)

La música polifónica tradicional de Albania puede dividirse en dos grandes grupos estilísticos: el de los Ghegs, al norte de Albania, y el de los Tosks y los Labs, que viven en el sur del país. La palabra iso está relacionada con el ison de la música litúrgica bizantina y tiene que ver con el bordón que acompaña el canto polifónico. El bordón se ejecuta de dos maneras: ente los Tosks es siempre un zumbido continuo correspondiente a la vocal “e”, por lo que los cantantes van respirando alternativamente, mientras que entre los Labs a veces es rítmico y acompaña el texto del canto. Interpretada principalmente por cantantes masculinos, esta música acompaña tradicionalmente una amplia variedad de acontecimientos sociales: bodas, funerales, fiestas de la cosecha, celebraciones religiosas y festivales como el de Gjirokastra, muy famoso en Albania.

La isopolifonía de Albania se caracteriza por cantos que constan de dos partes interpretadas en solo, (canto y contracanto), con un bordón coral. La estructura de las partes cantadas en solo varía según las diferentes maneras de cantar el bordón, que tiene una gran variedad de estructuras, especialmente en el estilo popular adoptado por todos los grupos que interpretan esta música.

A lo largo de las últimas décadas, el modesto incremento del turismo cultural y el creciente interés de la comunidad de investigadores por esta tradición popular única han contribuido al renacimiento de la isopolifonía albanesa. Sin embargo, la pobreza, la ausencia de protección legal y la falta de apoyo financiero afectan negativamente a esta tradición, amenazando la transmisión de un vasto repertorio de cantos y técnicas. El éxodo rural de los jóvenes hacia las grandes ciudades y hacia el extranjero en busca de trabajo intensifica aún más este peligro. En tales condiciones, en la actualidad la transmisión de esta tradición se mantiene más gracias a los artistas populares profesionales que a la estructura familiar.

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