La fabricación de encajes en Croacia
Inscrito en 2009 (4.COM) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
Hoy en día perduran en Croacia tres técnicas diferentes, por lo menos, de fabricación de encajes. Esta artesanía se concentra en las ciudades de Pag, situada en la costa adriática, de Lepoglava, al norte del país, y de Hvar, en la isla dálmata del mismo nombre. Los encajes de aguja de Pag se destinaban en un principio a la confección de vestiduras eclesiásticas, manteles y adornos indumentarios. Su técnica de ejecución, consistente en bordar motivos geométricos sobre un patrón en forma de tela de araña, es transmitida hoy por las mujeres de más edad, que organizan cursos de aprendizaje de un año. Los encajes de bolillos de Lepoglava, que se ejecutan trenzando hilos enrollados en husos, se destinan a la confección de cintas para atuendos folclóricos y se venden en las fiestas de los pueblos. En esta ciudad se celebra todos los años un festival internacional del encaje para exaltar este arte tradicional. La técnica del encaje con hilo de áloe sólo la utilizan en Croacia las monjas benedictinas de la ciudad de Hvar. Los finos hilos blancos extraídos de la médula de esta planta se tejen en red o utilizando un patrón en cartón. Los encajes producidos son un símbolo de Hvar. Son las mujeres de las zonas rurales las que han creado desde mucho tiempo atrás las distintas variedades de encajes que, además de constituir una fuente de ingresos complementarios para ellas, han dejado una impronta perenne en la cultura de la región. Esa artesanía no sólo produce componentes importantes de la indumentaria tradicional, sino que es testimonio de por sí de la existencia de una tradición cultural viva.