El guqin y su música

   

Inscrito en 2008 (3.COM) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (proclamado originalmente en 2003)

La cítara china, llamada guqin, existe desde hace 3.000 años y ocupa un lugar primordial entre los instrumentos musicales solistas de China. Este instrumento secular, que ya aparece atestado en fuentes literarias antiguas corroboradas por descubrimientos arqueológicos, es indisociable de la historia de los intelectuales chinos. El arte de tocar el guqin estaba reservado originalmente a una elite y lo practicaban en la intimidad nobles y eruditos. Junto con la caligrafía, la pintura y una antigua forma de ajedrez, formaba parte de las cuatro artes que toda persona culta debía dominar. Según la tradición, se necesitan unos veinte años de práctica para llegar a ser un maestro del guqin.

El guqin consta de siete cuerdas y trece posiciones que marcan los tonos. Al colocar las cuerdas de diez maneras distintas, los músicos pueden obtener un conjunto de cuatro octavas. Hay tres técnicas instrumentales básicas: san (cuerda libre), an (cuerda fija) y fan (armónicos). La san se toca pinzando las cuerdas con la mano derecha una por una o en grupos, lo que permite emitir sonidos fuertes y claros para las notas importantes. En la técnica fan los dedos de la mano izquierda rozan suavemente la cuerda en los puntos que indican las marcas incrustadas, mientras que la mano derecha pinza la cuerda, lo que produce un sonido suave y flotante. Para la técnica an también se utilizan ambas manos: la derecha pinza la cuerda, mientras que un dedo de la mano izquierda ejerce una fuerte presión sobre ella y puede deslizarse hasta las otras notas o realizar diversos ornamentos musicales y vibratos.

Hoy día, quedan menos de mil artistas capaces de dominar este instrumento y no más de cincuenta maestros en vida. Del repertorio inicial de varios miles de composiciones, apenas un centenar de obras se interpretan regularmente.

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