El carnaval de Granville
Inscrito en 2016 (11.COM) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
La fiesta carnavalesca de Granville –a la que acuden los habitantes de esta localidad normanda y de municipios vecinos– dura cuatro días y finaliza el mismo Martes de Carnaval. Los festejos comienzan con la entrega de las llaves de la ciudad a la efigie en cartón piedra del Rey del Carnaval y comprenden desfiles de carrozas acompañados por bandas de música. Unos 2.500 “carnavaleros” preparan durante seis meses unas cuarenta carrozas y diversas efigies que se burlan humorísticamente de acontecimientos de actualidad o critican a políticos y personajes famosos. Cada “carnavalero” es miembro de un comité que representa a un barrio de la localidad, o a un grupo de amigos, colegas de trabajo o familias. Los servicios de la administración municipal también fabrican algunas carrozas y participan en la logística de los festejos. También se organizan bailes populares para los diferentes grupos de edad y una batalla de confetis en la plaza del ayuntamiento. La fiesta finaliza con una “noche de intrigas” en la que los participantes disfrazados bromean o ajustan cuentas con sus amigos y allegados, con toda impunidad. Por último, se somete a juicio al Rey del Carnaval y se quema su efigie en el puerto marítimo. Este carnaval de Granville, al que acuden unas 100.000 personas cada año, contribuye a la cohesión de los habitantes de la ciudad, confiriéndoles un sentimiento de pertenencia a su comunidad. Los conocimientos y prácticas vinculados a esta fiesta se transmiten en el seno de las familias y los comités “carnavaleros”.