La tradición épica del Gesar
Inscrito en 2009 (4.COM) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
Las comunidades étnicas tibetanas, tus y mongolas asentadas en el oeste y norte de China comparten en común la leyenda del Rey Gesar, un héroe de la antigüedad enviado al cielo para vencer a los monstruos, derrocar a los poderosos y ayudar a los humildes, al mismo tiempo que unificaba a tribus muy heterogéneas. Los cantores y narradores que preservan la tradición épica del Gesar relatan, alternando la prosa y el verso, los diferentes episodios –llamados “perlas ensartadas”– de esta vasta narración oral con numerosas variantes regionales. Los maestros tibetanos llevan espejos de bronce y recurren a expresiones faciales, efectos sonoros y gestos para resaltar su canto, mientras que los intérpretes mongoles acompañan sus narraciones cantadas y orales con música de violín, salpicándolas de canciones melódicas improvisadas. Las interpretaciones de la epopeya, que a menudo van unidas a la celebración de ritos consistentes en ofrendas y ejercicios de meditación, están arraigadas en la vida religiosa y diaria de las comunidades. Por ejemplo, cuando un niño nace se cantan los pasajes que relatan el descenso del Rey Gesar a la tierra. Los centenares de mitos, cuentos populares, baladas y proverbios transmitidos en el contexto de esta tradición no sólo constituyen una forma importante de esparcimiento de las comunidades rurales, sino que además educan a los auditorios inculcándoles costumbres y nociones de historia, religión, moral y ciencia. Fuente de inspiración constante para la pintura thangka, la ópera tibetana y otras expresiones artísticas, la epopeya de Gesar imbuye a sus oyentes, tanto jóvenes como adultos, un sentimiento de identidad cultural y continuidad histórica.