Ceremonia de purificación de los jóvenes varones del pueblo lango del centro-norte de Uganda

    

Inscrito en 2014 (9.COM) en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere medidas urgentes de salvaguardia

© Musafiri Suwed, 2013

La ceremonia de purificación de los jóvenes varones, practicada por el pueblo lango que vive en la parte septentrional del centro de Uganda, es un rito para curar a muchachos que han perdido supuestamente su masculinidad. La madre y el hijo permanecen enclaustrados en su hogar por espacio de tres días y se alimentan con gachas de mijo sin azúcar. Durante toda la ceremonia se trata al muchacho como si fuera un recién nacido. Al cabo del tercer día, la madre y el hijo salen del hogar y se sientan a la puerta del mismo, acompañados por un primo paterno. Entonces se cortan los cabellos del muchacho y, mezclándolos con corteza de higuera y manteca de karité, se trenzan en forma cordones que se atan al cuello, las muñecas y la cintura del joven varón. Con los cordones sobrantes se hace una bola que se lanza contra la madre, el primo paterno y el muchacho. Acto seguido se unta a estas tres personas con manteca de karité y se les sirve una comida compuesta por una pasta de chícharos, un pan de mijo y una bebida fabricada con mijo y levadura. En ese momento comienzan las manifestaciones de júbilo con vítores, cantos y danzas que confirman que el joven varón ha recobrado su masculinidad. Esta ceremonia propicia la reconciliación y restableces el estatus social del muchacho. La limitación de esta práctica tradicional pone en peligro su viabilidad. Muchos de sus depositarios son personas de edad avanzada y la práctica en sí misma se suele mantener secreta por temor a incurrir en excomulgación.

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