El tiro mongol a las tabas
Inscrito en 2014 (9.COM) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
Los mongoles veneran algunas partes de los huesos de animales que forman parte de sus ganados domésticos y las utilizan tanto en sus ritos religiosos como en sus esparcimientos y juegos tradicionales. El tiro a las tabas es uno de esos juegos tradicionales, muy popular, que se practica en equipos de seis a ocho miembros. En una plancha de madera lisa, los jugadores lanzan treinta tabletas de mármol –parecidas a las fichas de dominó– contra una diana formada por tabas de carnero para conseguir que éstas caigan dentro de la zona delimitada como blanco. Mientras practican el tiro, los jugadores entonan melodías y canciones tradicionales propias de este juego. Cada miembro de un equipo posee sus propios instrumentos de juego, fabricados artesanalmente, y lleva una indumentaria con distintivos que indican su clasificación y sus méritos. Los lazos de amistad anudados entre los miembros de un equipo son inquebrantables y los jugadores se guían por normas de conducta basadas en la dignidad y el respeto mutuo. Los ritos, conocimientos y competencias que guardan relación con el tiro a los huesos, así como las técnicas de fabricación de instrumentos, accesorios y equipamientos se transmiten de maestros a aprendices. El tiro a las tabas crea un clima propicio para que, aprendiendo unos de otros y ayudándose, los jugadores contribuyan al éxito de sus respectivos equipos, así como a su desarrollo personal y al bienestar general de la sociedad. Este juego tradicional agrupa a personas de diferentes orígenes, estimula su interacción, fomenta el respeto por los demás –en particular, por las personas de más edad– y refuerza la cohesión social.