Lugares de memoria y tradiciones vivas de los otomí-chichimecas de Tolimán: la Peña de Bernal, guardián de un territorio sagrado
Hasta el momento se encuentran suspendidas todas las actividades a nivel nacional. Los lienzos charros se encuentran cerrados ya que se consideran espacios deportivos por lo cual no hay entrenamientos y por ende se han suspendido todas las competencias y eventos (2,000 al año aproximadamente).
La suspensión en la realización de actividades ha traído como consecuencia la baja en la elaboración y por lo tanto venta de artesanías propias del deporte, ya que, al no practicarlo, no hay consumo de las mismas (talabartería, sombreros, moños charros, reatas, vestidos, rebozos).
La medida de suspensión ha sido bien recibida por los miembros de cada asociación de charros y tanto jóvenes como adultos coinciden en que es preferible seguir las recomendaciones de las autoridades y así evitar la propagación de la enfermedad tanto a sus familias como a su círculo social más cercano.
Preocupa, sobre todo a los adultos mayores y adultos la conservación y preservación del ganado tanto caballar como vacuno, ya que están acostumbrados a cierto ritmo de trabajo y el no llevarlo a cabo ha generado enfermedades y muertes por alteración de la dieta y del ejercicio.
Por otro lado, sobresale el sentido de resiliencia cuando expresan que “La Charrería, se ha quedado detenida para poner como prioridad la salud, sin embargo, la pasión con la que se vive entre la gente que la practica, va más allá de un tiempo de pausa; trasciende ante cualquier situación que pueda detenerla y regresa con más fuerza para enaltecer a la sociedad, para reafirmar que es parte de la vida diaria, que los valores que se han aprendido durante todo el tiempo que se ha practicado no se detendrán en una situación de riesgo; a pesar de que las circunstancias sean difíciles y puedan limitar, siempre existirá el deseo de que todos experimenten este amor por nuestra identidad nacional y el compromiso por difundirla con respeto y responsabilidad”.
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